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Érase una Universidad y su "Prestigio"

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"Quiero estudiar Fisioterapia en la Complutense. Si no es allí no quiero que sea en ningún sitio". Sin duda es la frase que más me arrepiento de haber pronunciado en mi vida. Ya he contado otras veces que muy poquitas veces me arrepiento de mis decisiones porque las suelo pensar bastante, pero actualmente, y desde hace año y medio, puedo afirmar que el mayor error que he cometido en mi vida ha sido entrar a estudiar aquí.

¿Por dónde empezar? Por el principio ¿no? Por el primer viaje inútil que me tuve que dar porque a dos días de echar la matrícula no habían publicado los horarios en internet (necesarios para escoger asignaturas de libre configuración las cuáles no se pueden cambiar si coinciden horarios), por la vuelta que me di, como casi todos, el día de la presentación porque nuestra aula estaba perdida del mundo, porque nada más llegar me cambiaron el horario y me coincidía con una asignatura de libre, porque tenemos las famosas sillas con brazos para escribir (maldigo a su inventor), porque no tenemos percheros, porque en 1º no teníamos manivela para subir las persianas, porque la pantalla del proyector (que estratégicamente tapa media pizarra) no subía, porque todos los días perdíamos 10 minutos en encender el proyector, porque este año sólo proyecta en verde, porque había asignaturas en las que no cabíamos, porque hay pinturas rupestres en las paredes, porque caen gotas del techo corriendo la tinta de los apuntes...


De los profesores, las asignaturas y los programas ni me molesto en escribir. De las prácticas de 1º puedo contar maravillas como tener que meternos 20 personas con 10 camillas, en muy dudoso estado de conservación, en una sala de escayolas llena de mierda (buen ensayo para jugadores de tetrix), aunque puestos a hablar de espacio más bonito fue meternos en una biblioteca de unos 20 metros estas 20 personas sin camillas porque no había espacio nada más que para una (usamos una mesa de madera para todos). Por una parte esto del espacio nos venía hasta medio bien porque la mayoría de prácticas eran en ropa de baño, en invierno y con un calefactor de las posguerra que íbamos girando para compartirlo. También fue muy bueno el día que llegamos y no teníamos aula (por llamar de alguna forma a estos "espacios") y nos tocó cargar con las camillas 2 pisos, despejar de sillas un aula de docencia y luego colocarla y subir las camillas (que pesan lo suyo). Otro día nos quedamos sin sitio de prácticas y sin aulas (en una facultad de 8 pabellones) y tuvieron que juntar los 3 grupos que somos en 2. 30 personas y 15 colchonetas, porque no hay tanatas camillas. Y así otras cuantas perlas más.


Enviamos una carta de queja y la respuesta que nos dieron fue que eso era lo que había y que si queríamos mas y mejor que nos trasladaban a Somosaguas (como si se lo creyeran o algo). La pena es que los compañeros tragaron y la segunda carta de queja nunca llegó a su destino. Además tuvimos que soportar reprimendas de algún profesor por habernos quejado. Aunque este año en plena queja otro profesor nos dijo que los estudiantes de Fisioterapia éramos muy pasotas, o la bonita frase de otro que nos dijo que los estudiantes mellamos el "prestigio" de la universidad. Ese prestigio se lo damos precisamente nosotros con nuestras notas de corte y se lo damos porque venimos engañados a lo que nos venden como la mejor universidad. Sinceramente, ojalá nunca hubiera pisado esta mierda de universidad y me hubiera ido a otra. En esta universidad me han hecho dudar de mi potencial y hasta replantearme mi futuro (el cuál decidí a los 14 cuando empecé a ver de qué iba esto). Esto es una mafia donde el más pelota es el que más consigue. Con suerte dentro de un año ya no tendré que volver más por allí, pero realmente envidio a los que ni siquiera la han pisado.








Del Hospital ya hablaré otro día porque, como esto, da para mucho y eso que me he dejado muchas cosas por decir.

1 comment

Anónimo dijo...

Es buenísimo tía.

Es la realidad pura y dura... Pero es que creo que es necesario que lo lean ellos, los que hacen que las cosas sean así, porque no todos pueden ser lo suficientemente hijos de puta para hacerlo aposta... Me temo (y me parece penoso) que muchos simplemente son ingorantes-orgullosos-de-no-tener-ni-idea.

Yo se lo mandaría a Varela, aunque sea en un e-mail anónimo.

Tiene que hacerle sentir mal, ¿¿¿no???

De momento, ¿me dejarías copiarlo en mi blog? Quiero que lo lea más gente, porque me identifico total y absolutamente...

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