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Esos locos viejitos!!

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Mi padre, ¡Qué gran hombre!, puede parecer pequeño, pero es un tío grande, eso combinado con que mi pasillo es muy pequeño hace totalmente imposible adelantarlo por las mañanas cuando vas con prisa y él va a su velocidad (por llamar de alguna manera a dar dos pasos por minuto)... La verdad es que nunca ha sido muy rápido que digamos. Una noche empezó a salir humo cerca de la tienda y los vecinos asustados nos llamaron al telefonillo, pues el colega se levantó, se lavó la cara, los dientes, se peinó, se cambió de ropa y creo que hasta se afeitó, se puso las playeras atando bien los cordones y bajó a la calle; para entonces los bomberos ya habían apagado el fuego que venía de un buzón del portal de al lado... También se suele dar mucha prisa para coger el teléfono... lo deja sonar 6 veces y si sigues insistiendo entonces entiende que es importante y hasta contesta y todo. Otra cosa que también me impresiona mucho de él es cuando le preguntas por algo, como por ejemplo: "papá, ¿qué hora es?", él te mira por un momento, se toma su tiempo y sigue con lo que estaba haciendo, y claro pues piensas que no te ha escuchado (es un poco duro de oído) así que repites "¿papá?" y entonces te mira muy atentamente y suelta: "¿Aragonés?, es el que entrena a la selección española"... Mi primo se lo encontró una mañana y le saludo con un: "¿qué pasa tío?", a lo que él muy amablemente contestó: "pues sí que hace frío, sí"... Otra de sus virtudes es que cuando ve un sitio se sienta. Da igual lo que haya debajo:tu brazo, una revista, un bocata, mis apuntes... Y luego está su manía de meterse cosas en la boca. Suelen ser palillos, clavos o tornillos, pero cuando conduce se puede llegar a poner las llaves del garaje o papeles... ¡todo un caso!

Pero detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, en este caso mi madre. En cuanto a velocidad es el polo opuesto a mi padre. De echo, cuando te la encuentra por el pasillo tienes dos opciones: huir despavoridamente antes de que se te acerque o morir arrollado intentando cruzar. Mi madre es esa mujer que a la semana de echarse las mechas ya me pregunta si se la ve la raíz y no deja de preguntármelo hasta que se las vuelve a echar. La que se pasó unos días sin hablarme porque la rayé un poquito la cocina, la que me castigaba una semana sin salir de casa si se me olvidaba un día fregar los cacharros o la que me echó un día la bronca porque la dije que me iba a la biblioteca a estudiar (a los 5 minutos se dio cuenta y me dejó irme...), la que se cruzó los 3 metros de la cocina de mi pueblo en un segundo sin tocar el suelo porque la colocamos un ratón de juguete en el suelo, la que se tiró media hora con mi hermana mirando una lagartija de plástico que colocamos mi hermano y yo de broma en la cama de mi hermana y no se apartaron hasta que llegó mi padre y valientemente la cogió con un periódico y la tiró al contenedor de la basura diciendo incluso que se le movía el rabo!...

Éstos son mis padres, los que hacen que mi vida sea un suplicio, pero que a su vez hacen que sea divertida. Los que desean que me vaya de casa, pero que no saben vivir sin mí... ni yo sin ellos. Los que si no fuera por ellos no estaría aquí. A ellos les dedico esta entrada, para que luego no digan que no hago nada por ellos!!

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Sonríe, por favor

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Es duro levantarse todas las mañanas. Cuando suena el despertador y oigo a Frank Blanco hablando con toda su energía o escucho la canción que tengan puesta lo único que puedo pensar es en mandar el despertador a tomar por culo darme media vuelta y seguir durmiendo. Sin embargo, después de darle un par de veces al botoncillo ese de los 10 minutos (tengo el despertador adelantado 10 minutos sólo para poder usarlo ) me resigno y me siento en la cama y, mientras me cruje toda la espalda pienso: "Hoy va a ser un buen día". Así que me pongo en marcha y hasta salgo de casa con energía y buen humor (¡qué remedio!).
A partir de ahí pueden pasar dos cosas: que siga contenta (aunque muerta de sueño), o que me encabrone (y encima jodida porque no me puedo echar la siesta). Esto sólo depende de cómo surjan las cosas. Me explico:

Buen día : Llego a la estación y la repartidora me da el periódico con su mejor sonrisa y los buenos días, a lo que la contesto con una sonrisa y un gracias. Al pasar por los tornos hay una cola tremenda, pero todos aguardamos pacientemente y, de echo, algún señor, casi siempre sesentón, me sonríe y me dice: "pase usted joven, que seguro que lleva más prisa". Aunque nunca voy con prisa (odio correr por Renfe) le doy las gracias y paso. Al llegar el tren todos esperamos ordenadamente en los andenes a que baje hasta el último pasajero y entonces subimos despacio, respetándonos los unos a los otros, encontremos sitio o no. Al llegar a mi destino los pasajeros que esperan en el andén nos dejan salir del tren antes de entrar. Al subir por las escaleras cada uno va por su lado y al pasar por la puerta (que en mi parada es bastante estrecha) nos ordenamos para no estrujarnos. Al llegar al hospital, cuando ya me he cambiado, alguien me para por el pasillo para preguntarme por alguna consulta y tanto si sé contestar como si no, me sonríe y me da las gracias, a lo que yo sonrío y le doy los buenos días. Con que se cumpa al menos una de estas cosas ya soy feliz y me siento bien.

Mal día : Llego a la estación y la repartidora muy educadamente me ofrece el periódoco, pero, de repente, surge un brazo (con codo incluido) y se cuela con el resto del cuerpo entre el periódico y mi mano, así que cojo el siguiente periódico como puedo y le doy las gracias a la chica mientras le pongo cara de odio al dueño/a del brazo. Intento pasar por los tornos, pero ya hay gente discutiendo y ocupando media estación. Pruebo a pedirle al de seguridad que abra uno para que pasemos directamente con los abonos, pero muy "educadamente" me da a entender que eso significa trabajar y que él no está ahí para eso. Así que me cuelo entre los gritos y los codos y consigo llegar al andén donde está todo el mundo apelotonado y cuando llega el tren es imposible ni moverse. Al fin, después de llevarme 3 ó 4 codazos, unos cuantos pisotones y algún que otro bolsazo consigo entrar en el tren y, con suerte, si una señora no ha sentado a su bolso (el pobre estará destrozado de llevar a la tía colgando...) puedo hasta encontrar sitio. Al llegar a la estación hay un montón de gente dentro del vagón taponando la puerta, así que como puedo me cuelo por debajo de los sobaquillos (que cómo huelen algunos ya a primera hora...) y llego hasta el botón y todo. Se abre la puerta y aquello parece un concierto: 30 personas en el andén esperando a que te tires encima suya (al menos eso parece). Como mi faceta de cantante la dejo para la ducha, pues me busco un sitio por donde pasar, y ellos muy "amablemente" me lo dejan a base de subirse al tren (sin haberme dejado salir aún). Al fin después de nadar entre la gente entre sudor y lágrimas consigo llegar a la escalera (la normal, que la mecánica no me gusta) y, claro, como soy la única que sube andando, la manada que baja me arrolla, así que me pego a la barandilla de mi derecha y subo todo lo encogida que puedo hasta que me encuentro con la típica tocapelotas (siempre es chica) que que va siguindo la fila de baldosas de su izquierda (la pobre sigue buscando el camino de baldosas amarillas...) y no se mueve, así que a esquivarla como puedo. Después de mandarle saludos a toda su familia llego a la minúscula puerta en la que se impone la ley de la selva y sólo pasa el más fuerte. Llego al hospital con la paciencia ya bajo mínimos y me para alguien preguntándome por la consulta de un médico especialista de una parte del cuerpo de la que no he oído ni hablar y, al no saber indicarle (aunque manteniendo siempre mi educación y mi sonrisa) se va refunfuñando y maldiciéndome por no haberle indicado.


Aunque puede parecer exagerado es real. La pena es que el segundo caso es el que se cumple casi todas las mañanas. Alguna vez he pensado que quizás si empiezo a hacer yo lo mismo a lo mejor no me mosquearía tanto todas las mañanas... Pero no puedo. No soy así. A mí de pequeña me enseñaron unas normas de educación, convivencia y respeto y creo que es lo último que debo perder. Así que seguiré puteada todas las mañanas, pero cuando os encontreis conmigo seguiré teniendo mi educación y os seguiré respetando, porque si a mí me gusta que me traten así, imagino que al resto también le gustará y con eso ya soy feliz. Os invito a que lo probeis, seguramente os gustará y tal vez un día consigamos que las mañanas se parezcan a la de la primera situación. Sonreíd, por favor que seguro que alguien os devuelve la sonrisa. Al menos yo lo haré.

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Piloto

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Hasta no hace mucho tiempo, cada vez que empezaba una serie nueva veía cómo anunciaban el famoso episodio "Piloto" y me daba por pensar: "¿por qué se llamará piloto si la serie no es de aviones?", hasta que hace poco viendo Perdidos (en la que al menos sale un avión, aunque sea por fascículos) mi pregunta pasó a ser: "¿por qué lo llaman "piloto" si el piloto del avión sólo sale 5 minutos en el segundo episodio y encima muere brutalmente?... Por suerte mis reflexiones fueron más allá y di con la cuestión.

Ya sé que soy un poco "torpita" como dicen algunas, pero el otro día leí que cualquier persona podía escribir un blog, y como yo no soy persona pero sí que soy una cualquiera pues me lanzo a ver cuánto me dura la racha. Por eso y por que el otro día alguna penka me sugirió que no sería capaz, y ya sabéis que sólo por joder hago lo que sea.

Por cierto, ya que estoy os cuento que lo del título nació en un momento de estos en los que la Mary se pone cazurra con que la hagas caso (¿será porque nunca se lo hacemos?) y en lo que hacía alarde de cursería ñoña dibujando corazoncitos y nos daba el coñazo a Sandra y a mí, me pidió que la dijera una frase para escribirla en su redecorada agenda y surgió de forma armoniosa con rima asonante incluida. Luego otro de mis momentos clave de ingenuidad y el consecuente cachondeíto de después dieron lugar al pique, y del pique nace el blog y con él la ilusión de poder compartir mis chorradas mentales con quien quiera conocerlas, que me imagino seréis pocos (ellos se lo pierden ), la verdad es que me conformo con poquita cosa, así que bienvenidos espero que os guste, que queráis participar y sobre todo que volváis!!

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