Puente en Lisboa

Nada mejor que un cambio de aires para coger fuerzas para todo lo que viene por delante, y ya puestos a cambiar he cambiado hasta de país y todo, aunque he de decir que la diferencia apenas se apreciaba.

Españoles por todas partes y los portugueses flipando (yo creo que se pensaban que era una invasión o algo...)

Pues al final, entre tanto oir hablar español, el metro, el tranvía y que con el mapa apenas nos desorientamos (las 2 veces que nos perdimos fue porque no me hicieron caso), estaba como en casa, aunque eso sí, ¡cómo he echado de menos mi cama!

De allí me quedo con lo bonito de la ciudad, merece más que la pena visitarla; la amabilidad de la gente, no hacía casi falta preguntar porque en seguida te ayudaban; y la cantidad de portugueses guapos, que menudo ventajón lo de haber tenido a Angola como colonia tanto tiempo...


PD: la foto no es mía, ya que como no tengo camara digital me he tirado todo el fin de semana cambiando carretes, pero ya estoy mirando precios para ver a quién le encasqueto que me la compre, así que ¡cuidado! porque podrías ser tú...


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