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Os echaré de menos...

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No, no es que vaya a dejar de escribir y os vayáis a librar de mí, no ha habido suerte aún...

Se trata de que el viernes terminaron las prácticas en el hospital y me ha entrado la morriña sobre todo por todos aquellos a los que conocí y que aunque no lo parezca han marcado una señal en la caracasa de mi corazoncito.

A las que más voy a echar de menos va a ser a mis niñas Alba y Laury (se fueron las Ángeles de Chirly), no sé qué va a ser de mí sin nuestras 3 horas diarias de cachondeo, quejas, ayuda mutua, chorradas mentales... pero sobre todo nuestras conversaciones por los pasillos. Os quiero perras.

Empezamos el 16 de octubre entrando con cara de tontas al gimnasio, como si nos fueran a comer o algo. Allí conocimos a Consuelo, gran fisio, gran profesora y sobre todo gran persona (ánimo con esa lesión), ha sido como la mami dentro del hospital. En seguida nos pusimos en marcha y conocimos a nuestro primer paciente, Juan. De él lo que más recuerdo son sus desayunos con churros diarios y las pedazo de conversaciones que nos pegábamos todas las máñanas, sobre todo aquella en la que analizamos por qué veiamos un círculo rotar hacia cada lado según nuestra posición (era profesor, físico y estaba con su máster sobre las estrellas en marcha). De la planta recuerdo a una señora, creo que se llamaba María, a la que acababan de poner una prótesis de rodilla y hacía poco la habían mastectomizado y estaba muy depre, pero tiró palante y se convirtió en nuestra primera alta. Cómo no acordarse de África, que estuvo casi 4 meses allí por complicaciones y sobre todo Aurora, nuestra abuelita favorita, que a sus 97 años nos cantaba coplas todas las mañanas. A Javi lo conocimos la segunda semana y es al que más tiempo hemos visto (aún sigue por allí dando la lata) lo que más recuerdo: sus días pedo a sedantes y la charla sobre cómo ablandar una prótesis mamaria... De planta es difícil recordar a mucha más gente porque fueron tantos... Y la primera vez que vimos una operación en directo...bastante entretenida.

Con todo el miedo metido en el cuerpo pasamos a la rotación de Aurora, intrigante ser excéntrica y con manías persecutorias... La rotación se hizo odiosa, pero hubo gente genial, como Ángel, sin duda del que más pena me da no haber podido despedirme. Me encantaban nuestras conversaciones, nuestras risas y hasta los motes que me puso (entre ellos chupetín). Agustín sus incansables ganas de trabajar y su gimnasio casero (que era casi mejor que el nuestro). Encarna y su eterna sonrisa para nosotras (aún cuando no tenia ni fuerzas), Julia y los paseitos de la mano por el gimnasio, Rosa y su manía de meter la media debajo de la almohada durante la terapia, Lorenzo y las palizas que le dábamos con los pesos, Estrella y sus golpes a la almohada (qué cambio pegó), pero sobre todo me acuerdo mucho de Inma que le puso tantas ganas que casi se curó sóla. Una de las personas a las que más me ha gustado tratar, sin duda. Casi todos los días al salir volvíamos de visita a nuestra sexta planta a visitar a nuestras abuelitas y allí conocimos a Teófila, con su bata verde y sus pelos de punta Un cielo de mujer a la que el hospital estaba perjudicando más que su propia enfermedad y de la que guardo mis dos pulseritas de cuerda que aún aguantan y un gran recuerdo.

De ahí nuestra corta visita a la rotación de digestivo con Mila, pero de donde salí más sorprendida, no porque el primer día Antonia me enseñara su enorme boquete en el abdomen por el que se veían todas las vísceras, no. Fue en intermedios (una especie de UVI en planta donde los pacientes están aislados) donde conocí a Julio. El tío estaba más que deprimido, no hablaba y apenas se movía. Estuve una semana con él y sobre la mitad un día se rio de una de mis gracias (tiene mérito por su parte). Ese día me lo pasé entero con una sonrisa en la boca y a partir de ahí en tres días avanzó tanto que el último día se movía él solito y hasta le ponía resistencia. La operación de Mila nos separó y yo volví con Consuelo a la sexta planta. De esos días recuerdo sobre todo a Pedro (anestesista cardiaco) que me buscaba incluso cuando Consuelo se puso malita y en teoría yo no podía tratarle (pero total por un masaje...) y Manolo, ese asturiano enorme al que se le notaba en la mirada lo mucho que había sufrido con su enfermedady que a todo me contestaba: sí, mujer.

Pasamos con Lola (por llamarlo de alguna forma, porque la tía desaparecía y ahí te dejaba) de vuelta al gimnasio y juntas otra vez. Sin duda mi favorito fue Manuel (una hora de terapia diaria habalndo une lo suyo), hoy es su día, echaremos a tu amor platónico... David fuen uno de los chicos que más me sorprendió. A sus 26 años había combinado el fútbol (jugó en el Rayo, creo que en el 2º equipo) con sus dos carreras, su trabajo que lo flipas y lo que más me sorprende, tiene piso propio (sin hipoteca ni nada) y se lo había pagado él solito trabajando en vez de salir de marcha y ahora a vivir la vida. Victoria, como no, me sorprendió como a todos con su 'brazo catastrófico', Acacia me conmovió con la bondad que desprendia por todas partes, Rogelio que pese a su mala fama no era tan mal tío y además fue nuestra primera amputación y Eusebio con sus pruebas mentales...

La última, la rotación con Pepa y los pekes. De aquí he sacado un instinto maternal que hace que quiera ser mami ya... pero tendré que aguantar un poco. Pues de Edurne ya hablé otro día, no me pude despedir de ella, cosa que me jode mucho, pero la escuché un par de palabras, que ya es mucho y me alegró un montón. Melanie (o como se escriba), ese ratoncillo inquieto que apunta maneras de cantante, Pilar, que me estremeció al verla en la UVI llorando sin sonido..., Fernandito y las cositas con sus padres y Silvia su eterno aislamiento y sus papis super-pijos. Arnau y sus hippypadres me gustaron mucho desde el primer día (aunque parece que los últimos días yo no le gustaba mucho a él...) y mi brujita Rocío...la carcajada que nos soltaste el último día aún suena en mi cabeza. Eres la leche enana!!

No están todos los que son (y aún así es una entrada bien larga), pero sin duda han sido, son y serán todos los que están. Os echaré de menos a todos y cada uno de vosotros. Espero cruzar nuestros caminos en un sitio mejor algún día... y lo dejo que me pongo nostálgica.


Bueno pues fotito de recuerdo. El caballero es nuestro Juanito, la que está a mi lado es Elena (compi a la que adoptamos unos días), Alba, Laura y Consuelo... ¡Qué tiempos aquellos!

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