Ya va tocando quejarse...

Hoy vengo reivindicativa. Y es que mi padre tiene que ir al médico, y como estaba trabajando, esta mañana ha llamado mi madre para pedir cita. La cosa ha sido tal que de 10 a 10:30 llamar y colgar continuamente porque o comunicaba o no contestaban. De 10:30 a 13:00 más o menos cada 5 ó 10 minutos se acercaba a llamar, pero tampoco se lo cogían. Ya al fin a las 14:15, después de otros 10 minutos seguidos llamando y colgando ha conseguido pedir la dichosa cita. Cuando le pregunto por lo que pasa, me dice que es la historia de siempre para pedir cita, a lo que le he dicho que cada vez que pase, se acerque a atención al paciente, de paso a la consulta, y reclame y aquí ha llegado mi mosqueo mayor. Resulta que mi vecina fue hace un par de meses por el mismo motivo, y después de todas las trabas que le pusieron consiguió poner su reclamación formal, a lo que al tiempo le contestaron por carta desde la Comunidad con un bonito: "sabemos lo que pasa, pero no lo vamos a solucionar, llamen con tiempo" (resumido, pero en esencia eso).

Puedo también contaros la historia de los 30 días de lista de espera quirúrgica, que en teoría se cumplen desde que te ve el anestesista y con la posibilidad de que te toque en un hospital de vete tú a saber dónde. Pero claro, hasta que te ve el anestesista pueden pasar unos cuantos meses, y se da la posibilidad de llegar al hospital y que te digan que no hay quirófano (experiencia propia).

Las consultas con los especialistas en 3 meses máximo (creo que son 3, lo mismo son 6) también nos las cuentan como una realidad. El caso es que abren la lista en ciertos periodos del año y cuando se llena te dicen que llames en de unos meses. Es decir, que desde que te dan cita, sí que se cumplen los 3 meses, pero hasta que consigues pedirla puedes tirarte otros 3 ó 4. Por experiencia propia, año y medio y ni se sabe la cantidad de trámites para un análisis genético.

Lo que he visto en prácticas, una lista de espera tremenda para la rehabilitación, cuando nosotros pedíamos pacientes y había muchos fisios en la cafetería.

Y lo mejor es que hay que soportar todo esto para recibir un trato en muchos casos deplorable. Si esto os sucediera con una empresa privada como Sanitas, por ejemplo, ¿qué haríais? dejarla y buscar otra ¿no?. Por desgracia, dejar de pagar a la Seguridad Social es un fraude fiscal. Pues ya que tenemos que pagar obligatoriamente por un servicio, lo queramos o no, lo mínimo es que se cumpla, así que desde aquí os pido que os quejéis, que reclaméis cuando os pasen cosas como estas. Una queja no es nada, pero muchas pueden cambiar las cosas. Sé que puede ser un proceso algo pesado en muchos casos; pero, no sé vosotros, al menos yo estoy muy cansada de aguantar estas cosas y que luego salga doña Espe por la tele a contarnos lo bien que lo hace y lo bien que funciona todo.

De que el metro de Madrid vuela, ya casi que hablaremos otro día.