Pobre de mí...!!

¡¡Fin de semana en Pamplona!! Sosa me llamaban algunos por querer ver los toros desde el bar, inconscientes los llamaba yo.

El caso es que todo empezó el viernes. Salí de currar a las 8 y me monté en el coche. Txon, Horka, Rocío y yo. Hielo para la nevera y carretera y aire acondicionado. A las 12 y media de la noche estábamos ya aparcando en la universidad de Navarra, que además de tener mucho césped donde dormir era casi el único sitio donde se podía dejar el coche. Sandwiches para llenar el estómago y no joderlo a base de alcohol. Un mini para cada uno y a andar.

Atravesamos el pedazo de recinto ferial hasta llegar a la primera zona de conciertos. Una pradera enorme con un montón de gente sentada bebiendo, abajo el escenario, el público bailando y cantando; encima, los Ronaldos. Mini en mano decidimos acercarnos al otro escenario a ver qué hay. Cruzamos cuatro o cinco plazas hasta arriba de gente bebien por doquier. El otro escenario, vacío. Primer descanso, se acaban los minis y hay que buscar repuesto. Nos vamos a la marea humana. Calles del ancho de un coche por donde sólo puedes moverte si los de tu alrededor se mueven y hacia donde ellos vayan. Parada al baño público y primera lección: No comer bocatas de los que te venden por la calle, guardan todas las cosas (pan, carne, parrilla...) en los cubos de la basura. Vuelta a la marea. Rock de fondo y para allá que vamos. Dentro se respira mejor que fuera y conmás espacio. Bote de 20 cada uno y a por katxis de kalimotxo. Buen ambiente, pero hay que moverse. Siguiente parada: los puestos de ropa y los chiringos. Casa de Andalucía, todo un clan gitano a nuestro alrededor, el patriarca a la derecha y el doble de Oscar Jaenada en 'Camarón' a la izquierda. Seguimos con los katxis y a bailar rumbitas. Se llena demasiado de gente y después de 2 rondas decidimos continuar. Plaza con regalo: estuche del Woman's secret sin abrir con gomas del pelo y pinzas. Segunda parada a descansar, baño y a la vuelta más katxis. Segunda lección: no mires al suelo. Vuelta a la marea humana. Pachangueo de fondo, para dentro vamos. Buen ambiente, sólo jodido por el cansino del doble de Cantinflas y empiezan a salir amigos, el gallego. Después de otras dos rondas de katxis, volvemos a la marea y acabamos en la tabernilla de rock de la primera vez. Aparece el catalán y acaba convencido de que los madrileños somos buena gente. Al rato el madrileño de la adivinanza: Si nosotras somos hermanas y ellos son amigos, ¿quién está casado con quién? Falló. El borracho: '¿Tres rubias y las tres hermanas?' 'No, pero como si lo fuéramos' 'Pues una foto con las rubias'. Las 7 ya, hay que acercarse a la zona del coche a desayunar y ver los encierros. Vuelta a la marea, dentro aparece el andaluz, pero con tanta gente no hay quien se entienda. Media hora andando, ya vamos por el recinto ferial. Gallego 2, un tío muy majo con familia por Madrid. 8 menos 20 y llegamos al bar, nos serenamos: 2 coca colas, una caña y un pacharán. Encierro que te cagas y la Txon y yo al coche a sobar.

Hora y media y dos pacharanes después vienen Rocío y el Horka. Al cesped a sobar todos. Bichos por doquier. A las 11 el Horka y la Txon de cañas, a las 12 nos unimos Rocío y yo. Hasta las 6 de la tarde de cañas, ya con el segundo bote. Navarros descubriéndonos rincones bonitos y enseñándonos euskera. A sobar de nuevo. Estos roncando y yo sin sueño, a leer al césped. 9 y media, se despiertan y el alcohol se sube de pronto. A echarla. Sandwich y a las 11 parece que un poco mejor, nos subimos al 'Pobre de mí'. Nos cuesta llegar. La plaza impracticable, desde un callejón cantando debajo del toro de kukuxumuxu. A base de agua porque no nos cabe más alcohol. Paradas cada media hora porque no podemos andar más. Ambientazo, puestos, pañuelos y para el coche a sobar. A las 3 llegamos y nos tenemos que sentar media hora para sacar fuerzas para extender los sacos. Rocío y yo dormimos fuera y estos en el coche. Ruidos, bichos y frío: hasta las 5 sin dormir. Las 9 , nos despiertan, a desayunar y de vuelta, aunque yo quería playa... ahora la cuestión es: ¿la resaca es del kalimoxo o de la cerveza?, en cualquier caso dorir 6 horas en un fin de semana pasa factura. Me voy a la cama, que tengo que coger fuerzas para el año que viene.