Mañana, último día de mayo, es el último día que comemos en el cole y el otro día decidimos que íbamos a hacer un tapper común. En uno de estos momentos de inspiración de los míos dije que iba a hacer salmorejo, receta sencilla y rica donde las haya.
Total, que después de mirar unas cuantas recetas por internet y ver que la simpleza de la receta no puede ser mayor, me he puesto al lío. Nada más entrar en la cocina me he puesto a organizar y he llegado a la conclusión de que lo mejor era empezar poniendo a hervir el agua para cocer los huevos y así mientras ir haciendo otras cosas, pero claro a todo esto me ha entrado la duda de ¿cuánto tiempo tiene que estar el huevo en el agua para cocerlo? y la de ¿se echa antes de que hierva el agua o cuando está hirviendo? menos mal que en internet hay gente que sabe de todo y lo escribe. De hecho hoy he aprendido que hay un montón de formas diferentes de hacer los dichosos huevos cocidos: semiduros con la yema blanda, semiduros con la yema semidura, duros con la yema semidura, duros de los de verdad pero bonitos y duros de los de verdad pero feos. A mí me han salido de los bonitos, pero creo que ha sido casualidad... Que por cierto, tantas formas de cocer los huevos, pero nadie avisa de que si echas el huevo al cazo así de cualquier manera se casca y se empieza a salir la clara por todas partes...
Bueno, mientras mis huevos se cocían me he puesto con el pan. Pan de ayer decía la receta... pero es que este fin de semana no se ha comprado pan en mi casa. He cogido el de la semana pasada, que se le veía muy lustroso y después de partirlo en trocitos he puesto la batidora encima para picarlo, pero no sé por qué por lo visto esto no funciona... Después de casi quemar la pobre batidora he sacado el molinillo de rallar el pan y me he puesto al lío... eso son agujetas mañana seguro...
Aquí ya es cuando ha llegado la mejor parte, la de triturar el tomate. Esto sí que me ha dejado hacerlo la batidora. De hecho se ha quedado tan tan triturado que de repente, no sé cómo, ha empezado a salpicar tomate por toda (y cuando digo toda, es toda) la cocina. Y lo que no era cocina... espero que sea bueno para la piel... Y a todo esto me pregunto, ¿qué coño hay que hacer para que las cosas no salpiquen? porque he puesto la batidora y el cacharro de todas las formas posibles y aquello seguía saltándome a la cara...
En fin, después de un par de problemillas más, al final he conseguido terminar mi salmorejo y no me ha quedado del todo malo. Un poco me he pasado con el vinagre, todo hay que decirlo, pero ha sido culpa del tapón, que se ha caído... Pero bueno, a lo mejor cuando repose queda más rico... y colorido, porque un poco deslucido sí que está... pero a unas malas lo taparé con los trocitos de jamón y el huevo cocido rallado. Que a todo esto me vuelve a surgir otra duda, ¿cómo carajo se ralla el huevo? por no cagarla lo que he hecho ha sido partirlo a trocitos en un cacharro y acuchillarlo hasta que se ha quedado más o menos bonito, pero estaría bien saber cómo lo hace la gente normal para otra vez...
¡En fin!Menos mal que por si acaso mi señora madre tiene unas croquetitas preparadas para mañana, que si no...
Incursiones culinarias desastrosas
Etiquetas: Cachondeo, Me, TrabajoPase lo que pase
Etiquetas: Me, PensamientosCerrar los ojos, escuchar, sentirse en calma.
Hace ya una temporada que la incertidumbre vuelve a estar presente. No me gusta, pero he tenido que aprender a vivir con ella. No sé qué pasará mañana, puede que todo simplemente vaya a mejor, pero lo dudo. No es una visión pesimista, es sólo que me gustan las cosas tal y como están ahora y si siguieran así sé que sólo podrían ir a mejor, pero no creo que vayan a seguir así. Es más, sé que no van a seguir así. Tendré que respirar y aguantar lo que venga, pase lo que pase, pero no lo haré por ganas. No quiero que las cosas cambien. Y en el fondo eso no deja de ser bueno, muy bueno. Eso sólo significa que ahora soy feliz. Disfrutaré del momento, cerraré los ojos, escucharé y me sentiré en calma durante todo este tiempo, porque no merece la pena empezar a lamentarse por lo que vendrá, ya habrá tiempo cuando llegue. Ahora sólo toca cerrar los ojos, escuchar y sentirse en calma. Simplemente.
Pero qué difícil es a veces...