Bye bye

Ya que nadie me felicita el año por aquí os lo felicito yo. ¡Felicidades! el porqué aún no lo comprendo, simplemente cambiamos de calendario y hay un fiestón impresionante por las calles, pero por lo demás todo sigu igual.

Este año no hay resumen porque acaba un poco torcido y prefiero que se calme un poco la vida para poder acordarme de todos los buenos momentos tal y como se merecen.

No os voy a decir que tengáis cuidado con las uvas porque nadie va a entrar aquí antes de las 12, así que os deseo una buena resaca (buena en el sentido de casi imperceptible) y poco más.

Nos vemos a la vuelta.

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Feliz Navidad!! o algo

Hoy como que pega felicitar las fiestas y tal, pero en realidad si os digo la verdad me da igual. Vengo ahora de cañas (después de 6 tercios) y lo único que me apetece deciros es que os lo paséis al menos la mitad de bien que nosotros esta tarde, porque ha sido impresionante lo que nos hemos podido divertir "tomando café". Paso de felicitaros las fiestas porque en realidad es tontería celebrar este día más que cualquier otro del año, a no ser que seas mi tío Javi, que o esta noche o mañana (nunca lo he sabido porque le felicitamos a las 12 en punto) cumple años. Para todos los demás, espero que disfrutéis y deseadme que se me pase la tontería antes de que lleguen las visitas.

Besos

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Soluciones ¿Quién es quién?

Bueno, pues parece que estaba bastante claro. Inés obviamente era la B, y su padre la C. Las dudas parece que surgieron entre su madre y yo, que había gente que no lo tenía muy claro. De hecho, hasta en nuestra propia familia había muchas confusiones. Creo recordar que la única que acertó fue nuestra madre y no sé seguro si realmente nos reconoció, o se acordaba porque fue ella las que nos sacó las fotos del álbum. Pues bien, la A era mi hermana Txon y la D era yo.

Ahora la pregunta es otra, ¿a quién se parece más Inés?

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¿Quién es quién?

Hoy la entrada viene a petición de la Txon, autora de la idea. Pues, después de ver unos cuanto álbumes de fotos viejas y de que cada uno le saque un parecido a Inés (mi querida sobrina de la que tantas veces os he hablado) decidió dejar la decisión de ver a quién se parece más a vosotros, los lectores. Pero para complicar más el tema, no os diré quién es Inés. De las 4 fotos una es ella, otra su madre, la Txon, otra su padre, el Horka (la Spice Girl rubia, sí) y otra soy yo, ¿quién es quién?



Para que la calidad fotográfica no influyera demasiado las he puesto en blabnco y negro, aunque en algún caso no ha servido de mucho...


NUEVOS PLANES!!

¡¡Animaos como la Roci y dejad un comentario con quién creéis que es cada uno!! El día que se cierre la encuesta os confirmo quién es quién...

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Frases Mitológicas (Recopilatorio IV)

Hoy no es que nuestro personaje tenga muchas frases, es que merecía la pena una entrada sólo para la foto. De todas formas, serán poquitas, pero matonas...

- El pacharán es anís con endibias.
- Quedarte quieta en Internet (esperando) es como desconectarlo.
- Ese cenicero lo pillamos en egipcio (Egipto).
- ¿Dónde está el esparadrapo para fregar esto?
-¡Es un bufón mutante!... no... ¡Mulato!
- Si la semilla es la tierra, ¿la flor qué es? (intentando explicar lo de papá pone una semillita en mamá...)


Que conste que falta muchas, muchísimas que no consigo recordar cuando tengo la libreta a mano...

Y he aquí el/la dueño/a de tanta inteligencia, mi Sr. Cuñado/a.


PD: No se depiló, es que es así de viril.

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Tonta ella y tonto él...

En Teruel un joven llamado Diego Martínez de Marcilla, se enamoró de Isabel Segura, hija de Pedro Segura. El padre no tenía otra hija y era muy rico. Los jóvenes se amaban mucho, hasta el punto que se hablaron. El joven le dijo que la deseaba tomar por esposa, ella respondió que el deseo de ella era el mismo, pero que supiese que nunca lo haría sin que su padre y madre se lo mandasen. Entonces, él la quiso más. Él era un buen joven, pero no tenía riquezas.

El joven dijo a la doncella que, como su padre tan sólo le despreciaba por la falta de dinero, que si ella lo quería esperar cinco años él iría a trabajar por mar y por tierra, donde poder ganar dinero. Ella se lo prometió.

Peleando contra los moros, ganó pasados cinco años cien mil sueldos, por mar y por tierra.

La doncella en este tiempo fue muy importunada por el padre para que tomase marido. Su respuesta era que había votado virginidad hasta que tuviese veinte años, diciendo que las mujeres no debían casar hasta que pudiesen y supiesen regir su casa. El padre como la amaba la quiso complacer.

Pasados los cinco años el padre le dijo: Hija, mi deseo es que tomes compañía. Ella, viendo que el plazo de los cinco años había pasado y no sabía nada del enamorado, dijo que lo haría. En seguida el padre la desposó y al poco tiempo se realizaron las bodas; y Diego llegó.

El enamorado se puso tras el lecho de su amada ya desposada y le dijo:
- Bésame que me muero.
Y ella repuso:
- No quiera Dios que yo falte a mi marido. Por la pasión de Jesucristo os suplico que busquéis a otra, que de mí no hagáis cuenta, pues si a Dios no ha complacido, tampoco me complace a mí.
Él dijo otra vez:
- Bésame que me muero.
Repuso ella:
- No quiero.

Entonces él cayó muerto. Ella, que lo veía como si fuera de día por la gran luz de la habitación, se puso a temblar y despertó al marido diciendo que roncaba tanto que le hacía sentir miedo, que le contase alguna cosa. Y él contó una burla. Ella dijo que quería contar otra. Y le contó lo ocurrido y de cómo con un suspiro Diego había muerto.

Dijo el marido:
- ¡Oh! Malvada, y ¿Por qué no lo has besado?
Repuso ella:
- Por no faltar a mi marido.
- Ciertamente, - dijo él - eres digna de alabanzas.

Él, todo alterado, se levantó y no sabía qué hacer. Decía:
- Si las gentes saben que aquí ha muerto, dirán que yo lo he matado y seré puesto en gran apuro.

Acordaron esforzarse y lo llevaron a casa de su padre. Lo hicieron con gran afán y no fueron oídos por nadie…

A la joven le vino al pensamiento cuánto la quería Diego y de cuánto había hecho por ella, y que por no quererlo besar había muerto. Acordó ir a besarlo antes que lo enterrasen; se fue a la iglesia del señor san Pedro, que allí lo tenían. Las mujeres honradas se levantaron por ella. Ella no se preocupó de otra cosa más que de ir hacia el muerto. Le descubrió la cara apartando la mortaja, le besó tan fuerte que allí murió. Las gentes que venían que ella, que no era parienta, estaba así sobre el muerto, fueron para decirle que se quitase de allí pero vieron que estaba muerta. El marido contó a todos a los que había delante el caso según ella se lo había contado.

Acordaron enterrarlos juntos en una sepultura.

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